2/11/15

Enterradme en el mar

Cuando muera enterradme en el mar,
donde no alcance la jarcia
ni la red de profundidad.
Mi carne alimentará a los cangrejos,
mis huesos se volverán de coral,
y el agua diluirá mi esencia.
Y una vez asimilado
por los seres que lo habitan
—de la anémona al lenguado,
de la perca al narval—
se expandirá mi consciencia
por ese infinito azul de sal,
desde la glauca superficie
hasta la oscuridad abisal.
Entonces, de mi fango libre,
con mil ojos podré contemplar
ese silente universo atemporal
al que perteneceré para siempre.
Cuando muera enterradme en el mar,
bien hondo, donde el ancla se pierda.
No me hundáis en la tierra
Que abonáis con vuestra mierda.

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